Es la zona más agradable del hotel, con una magia especial.
Desde la terraza-jardín se pueden observar los preciosos colores del atardecer, la naturaleza, las vistas a la histórica iglesia, los buitres volando, y la agradable brisa en las noches de verano acompañan en la cena.
En verano, o días de sol, es el lugar perfecto para disfrutar de los preciosos atardeceres.